I.
Los apóstoles no permitían enseñanzas que
diferían de la enseñanza de los apóstoles:
A.
Los apóstoles no permitían ninguna otra
creencia que no fuese esta fe única—Gá. 1:7-9. Gá. 1:7-9 No que haya otro, sino
que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
Mas si aún nosotros, o un ángel bajado del cielo, os anuncia un evangelio que
vaya más allá del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos
dicho, también ahora lo repito: Si alguno no anuncia un evangelio que vaya más
allá del que habéis recibido, sea anatema.
B.
Los apóstoles no permitían enseñanzas que
iban más allá de la enseñanza de Cristo—2 Jn. 7-9. 2 Jn. 7-9 Porque muchos
engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido
en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. Mirad por vosotros
mismos, para que no perdáis el fruto de nuestro trabajo, sino que recibáis
galardón completo. Cualquiera que se extravía, y no permanece en la enseñanza
de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en esta enseñanza, ése sí tiene al
Padre y al Hijo.
C.
Los apóstoles no permitían enseñanzas
diferentes, incluyendo aquellas sobre la dispensación del Antiguo Testamento
que diferían de la economía de Dios—1 Ti. 1:3-4. 1 Ti. 1:3-4 Como te exhorté,
al irme a Macedonia, a que te quedases en Éfeso, para que mandases a algunos
que no enseñen cosas diferentes, ni presten atención a mitos y genealogías
interminables, que acarrean disputas más bien que la economía de Dios que se
funda en la fe.
D.
Los apóstoles consideraban que todas las
enseñanzas que diferían de la revelación única de la economía neotestamentaria
de Dios eran vientos de doctrina—Ef. 4:14.
Ef. 4:14 Para que ya no seamos niños sacudidos por las
olas y zarandeados por todo viento de enseñanza en las artimañas de los hombres
en astucia, con miras a un sistema de error.
E.
Los escritos santos de Dios no deben ser
torcidos de ninguna manera por nadie, sino que deben ser trazados de manera
recta y exacta, sin distorsión alguna—2 P. 3:16; 2 Ti. 2:15.
2 P. 3:16
Como asimismo lo hace en todas sus cartas, hablando en ellas de
estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los
indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su
propia destrucción.
2 Ti. 2:15
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de
qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.