ENSEÑAR A
LOS NUEVOS CREYENTES REQUIERE QUE NOSOTROS MISMOS CONOZCAMOS LA VERDAD
CABALMENTE
Lo más
importante es que nosotros mismos conozcamos la verdad. Esto es como enseñar matemáticas;
si no somos buenos en matemáticas, es muy difícil enseñarla. La verdad que tenemos
que conocer es, primero, la verdad respecto a la iglesia. Debemos ayudar a
otros a conocer la iglesia de una manera cabal.
ENSEÑAR A
LOS NUEVOS CREYENTES REQUIERE
QUE SEAMOS
CONCISOS Y CLAROS
Cuando
enseñemos a otros, debemos presentar las cosas de forma simple. Otra vez, podemos
comparar esto con un entrenador que enseña a sus jugadores. El entrenador primero
necesita enseñarles los movimientos básicos, con la expectativa de que ellos
puedan practicar estos ejercicios básicos concienzudamente. Al jugar en la
cancha, ellos no necesitan ejecutar cada movimiento que el entrenador les
enseñó. Sólo necesitan aplicarlos con flexibilidad conforme a la situación
real, con la meta de poner el balón en la canasta. Espero que todos entendamos
estos dos lados. Por un lado, debemos conocer la verdad y ser equipados con
ésta; por el otro, debemos hablar la verdad de una manera simple y concisa,
presentándola claramente a los nuevos creyentes. (Bearing Remaining Fruit [Llevarfruto que permanezca], tomo 1, págs. 103-104)
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