EL
CARÁCTER
Lectura
bíblica: Himnos,
#177
2 Ti. 2:21
Así que, si alguno se limpia de éstos, será un vaso para honra, santificado,
útil al dueño, y dispuesto para toda buena obra.
Gá. 2:20
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en
mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe del
Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí.
Ro. 8:13
Porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; más si por el Espíritu
hacéis morir los hábitos del cuerpo, viviréis.
I.
La importancia del carácter—2 Ti. 2:20-21:
2 Ti. 2:20-21 Pero en una casa grande, no solamente
hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para
honra, y otros para deshonra. Así que, si alguno se limpia de éstos, será un
vaso para honra, santificado, útil al dueño, y dispuesto para toda buena obra.
A.
Nuestro carácter es el mayor enemigo en lo
referido a que seamos equipados con la verdad y crezcamos en vida.
B.
Nuestro carácter es el fundamento y pulso
vital de nuestro servicio y coordinación.
C.
Nuestro carácter está relacionado con la
edificación de la iglesia y con el avance de la obra en el recobro del Señor.
II.
El significado del carácter:
A.
La manera de ser equivale a la constitución
interior de una persona, su constitución innata por nacimiento; el término manera
de ser está implícito en los siguientes vocablos: el viejo hombre, el “yo”,
la vida del alma, sí mismo y la naturalidad—Ro. 6:6; Gá. 2:20; Mt. 16:25-26,
24. Ro. 6:6 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con
Él para que el cuerpo de pecado sea anulado, a fin de que no sirvamos más
al pecado como esclavos. Gá. 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya
no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y la vida que ahora vivo en la carne,
la vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por
mí. Mt. 16:25-26 Porque el que quiera salvar la vida de su alma, la perderá; y
el que la pierda por causa de Mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al
hombre, si gana todo el mundo, y pierde la vida de su alma? ¿O qué dará el hombre
a cambio de la vida de su alma? Entonces Jesús dijo a Sus discípulos: Si alguno
quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
B.
El carácter es la expresión de una persona;
la manera de ser, que es interna, se expresa de forma externa en el carácter;
treinta por ciento del carácter consiste en la manera de ser (procedente de la
vida humana o del nacimiento natural), y setenta por ciento consiste en los
hábitos; el carácter es manifestado en el vivir, la obra y el ser de una persona.
III.
Tomar medidas con respecto al carácter:
A.
Tomar medidas con respecto a nuestra
manera de ser:
1.
Mediante el quebrantamiento del hombre
exterior—2 Co. 4:16. 2 Co. 4:16 Por tanto, no nos desanimamos; antes aunque
nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva
de día en día.
2.
Al vivir sujetos a la cruz—Gá. 2:20; Ro.
6:6. Gá. 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas
vive Cristo en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe del
Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí. Ro. 6:6 Sabiendo
esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él para
que el cuerpo de pecado sea anulado, a fin de que no sirvamos más al pecado
como esclavos.
3.
Al sublevarnos contra nosotros mismos,
negarnos a nuestro yo y perder la vida del alma—Mt. 16:24-26. Mt. 16:24-26
Entonces Jesús dijo a Sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de Mí,
niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque el que quiera salvar la
vida de su alma, la perderá; y el que la pierda por causa de Mí, la hallará.
Porque ¿qué aprovechará al hombre, si gana todo el mundo, y pierde la vida de
su alma? ¿O qué dará el hombre a cambio de la vida de su alma?
4.
Mediante el proceso de ser zarandeados—2
Co. 11:23-33; Hch. 27—28. 2 Co. 11:23-33 ¿Son ministros de Cristo? (Hablo como
si estuviera fuera de mí.) Yo más; en trabajos más abundante; en cárceles más;
en azotes sin número; en muerte constantemente. De los judíos cinco veces he recibido
cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez
apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como
náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de
ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles,
peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros
entre falsos hermanos; en trabajos y penas, en muchas vigilias, en hambre y sed,
en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas no
mencionadas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por
todas las iglesias. ¿Quién está débil, y yo no estoy débil? ¿A quién se le hace
tropezar, y yo no ardo? Si es necesario que me gloríe, me gloriaré en lo que es
de mi debilidad. El Dios y Padre del Señor Jesús, quien es bendito por los siglos,
sabe que no miento. En Damasco, el gobernador de la provincia del rey Aretas guardaba
la ciudad de los damascenos para prenderme; y fui descolgado del muro en un
canasto por una ventana, y escapé de sus manos.
5.
Mediante la transformación—Ro. 12:2. Ro.
12:2 No os amoldéis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios: lo bueno, lo
agradable y lo perfecto.
B.
Tomar medidas con respecto al carácter:
1.
Al hacer morir nuestros hábitos por el
Espíritu que mora en nosotros—Ro. 8:13. Ro. 8:13 Porque si vivís conforme a la
carne, habréis de morir; más si por el Espíritu hacéis morir los hábitos del
cuerpo, viviréis.
2.
Al estar dispuestos a recibir la gracia
del Señor y coordinar con Él.
3.
Mediante la renovación—Ef. 4:22-24; Tit.
3:5. Ef. 4:22-24 Que en cuanto a la pasada manera de vivir, os despojéis del
viejo hombre, que se va corrompiendo conforme a las pasiones del engaño, y os
renovéis en el espíritu de vuestra mente, y os vistáis del nuevo hombre, creado
según Dios en la justicia y santidad de la realidad. Tit. 3:5 Nos salvó, no por
obras de justicia que nosotros hubiéramos hechos, sino conforme a Su
misericordia, mediante el lavamiento de la regeneración y la renovación del
Espíritu Santo.
IV.
El aprendizaje, ejercicio, edificación y
cultivo del carácter:
A.
El aprendizaje del carácter: aprender a
ser una persona apropiada, aprender a laborar y aprender a trabajar—1 Ti. 4:12.
1 Ti. 4:12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé modelo para los creyentes
en palabra, conducta, amor, fe y pureza.
B.
El ejercicio del carácter (en grupos de
tres):
1.
Genuino, exacto, estricto.
2.
Diligente, amplio, fino.
3.
Estable, paciente, profundo.
4.
Puro, justo, calmado.
5.
Sencillo, corporativo, abierto.
6.
Afectuoso, ferviente, adaptable.
7.
Fuerte, flexible, sumiso.
8.
Sufrido, humilde, pobre.
9.
Constante, perseverante, tolerante.
10.
Claro, magnánimo, honorable.
C.
La edificación del carácter—Fil. 4:8; 1
Ti. 4:12. Fil. 4:8b Todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud
alguna, si alguna alabanza, a esto estad atentos.
V.
La humanidad de quienes sirven al
Señor—Gn. 1:26; Gá. 2:20; Mt. 5:44; Lc.23:24: Gn. 1:26
Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar,
las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal
que se arrastra sobre la tierra”.
Gá. 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya
no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo
en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí.Mt.
5:44 Pero Yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen.
Lc. 23:24 Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían.
A.
Ser humano: mediante la humanidad.
B.
Poseer las virtudes más elevadas.
Referencias:
El
carácter del obrero del Señor, cap. 1; Character [El carácter],
caps. 1-5; Perfecting Training [El entrenamiento de perfeccionamiento],
caps. 8-11; Vessels Useful to the Lord [Vasos útiles al Señor], caps. 3,
5, 6, 9, 12; La experiencia y el crecimiento en vida, caps.
21-24, 28; Mensajes para aquellos en el entrenamiento del
otoño de 1990, caps. 1-2; La visión gloriosa y el camino de la
cruz, caps. 3-4.
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